sábado, 7 de enero de 2012

Que los Reyes...



Os hayan dejado, que nos hayan concedido salud y ganas de ir adelante e ilusión por levantarnos cada día. Y gratitud y bienestar y esperanza en un futuro cercano mucho mejor que este presente tan duradero y duro. Que os hayan regalado, que nos hayan asignado fuerza y resistencia para continuar con las cargas y los pesares, cada uno con los suyos, que serán más que suficientes. Y tenacidad y deseos nuevos y alcanzables. Y algún sueño en el que refugiarse, cuando la realidad nos asfixie y nos aburran su tedio y sus empinadas laderas.

Que os hayan otorgado, que nos hayan depositado amor propio y empeño. Y leguas de entusiasmo por sentirnos nosotros, con nuestras escasas virtudes y nuestros muchos defectos. Y sinceridad para poder curar los errores y las caídas. Y algo de ternura para seguir acariciando la luz de la mañana, el perro, las caléndulas. Algo de humanidad para no dejar de apuntalar al que se derrumba ni alentar a los que se agarrotan. Un poco de sentimiento para compartir con el que aún desconoce el poder del abrazo, la métrica de la sonrisa, el tenor de la insistencia.

Que os hayan consentido y nos hayan confiado capacidad de emoción y reservas de luz para que nunca nos impidan la negrura ni el túnel dar un paso más, con firmeza y arresto y perspectiva. Que os hayan traído un espacio en la casa, en la casa que es vuestra, fruto de vuestro esfuerzo y vuestras manos hacendosas. Y voluntad y un cerco de cariño como ese de la luna que corona las noches. Y que todo os viva y permanezca.

(La Voz de Asturias, 7-01-2012)