martes, 22 de junio de 2010

Es así



A veces tienes partes de infinita tristeza
y quedas en silencio mirando cómo callas,
con las manos marchitas alrededor del mundo.
Entonces, se me hielan el beso y la palabra.
Cuando nos conocimos era todo mentira,
los árboles, las calles, la luz sobre tu cara,
era toda una noche estrellada de orígenes.
Ya no te me pareces a tus ojos en nada.
Ya no amanece el sol por detrás de tu pelo,
ya no bajan los dioses a embadurnarse en tu alma.
Ya no puedo pensarte por encima de todo.
Ya no te digo siempre la primera palabra.
A veces tienes capas de imparable amargura
Y me asumo a tus huesos hundidos en las brasas.
Ya no puedo besarte los labios despoblados.
Ya no te me pareces, posiblemente, en nada...