miércoles, 14 de julio de 2010

Qué sería de la libertad


QUÉ sería de la libertad
si cortasen sus hilos extensísimos.

Deberíamos mirar al frente
como un faro.
Repetir lo que dictan como un pájaro
viejo.
Soñar siempre lo mismo como el monte

y su sombra
reflejada
en el lago.

Decir sí
y sentir miedo,

decir no
y ser alarma.

Creceríamos atados a una idea
de leño,
nos dejarían guiar
hacia
la
luz
los
brazos.

Transpiraría la brisa. Abrirían

los tréboles. Llovería
sin orden. Tejerían las arañas
sus frágiles palacios. Serían
bajas las viñas.

Rellenarían las fresas
su volumen con agua y con sustancias
de la alegría de junio. Serían
chispas los viajes. Serían
los ríos largos.

Cómo arderían las llamas, con qué
compás, qué velos.
Qué restaría el pasado
si le impusieran cifras. Cómo andaría
el futuro
con los pasos contados.

Cómo algún día alguien,
al ver que siempre es ahora
y que ahora
es después

y que después ya acaba,
podría, caminante, cantar
que
no hay camino,
sino que se hace al andar.